Decir que me gustan las cosas simples, como un agradecimiento, un abrazo, un “cuídate”, no es sinónimo de poco valor. Tener simpatía por las personas humildes, aquellos que viven día a día, poniendo su corazón en ello, solo el sentido común, no es algo que se desprecia.
Me gusta las cosas simples
Las cosas simples vuelven a la moda porque, en realidad, nunca pasaron de moda. El mundo de la comunicación, el marketing y la publicidad también lo ha entendido.
Las pequeñas manifestaciones de la humanidad, el gesto libre y espontáneo, son el equipaje más hermoso que podemos llevar con nosotros.
Nunca como en este período hemos redescubierto el valor de la simplicidad. Después de idolatrar los valores más efímeros durante años, nubló nuestros ojos. Incapaz de ver lo que es verdadero y auténtico.
Empacamos el alma y la colocamos en los sótanos de una vida convulsiva. Cosas simples vistas y experimentadas como dadas por sentado, y por lo tanto no muy de moda, cuando no son dignas de ser reídas y olvidadas.
Hasta hoy. Porque hoy el engaño ha terminado. De repente nos encontramos indefensos, frágiles, inadecuados. Nos redescubrimos como humanos. Y redescubrimos la verdad y la belleza de las cosas simples.
La era de las luces y las lentejuelas naufragó frente a uno de los sentimientos más simples e inmediatos del ser humano: el miedo. Y ante el miedo, solo aquellos que tienen principios y valores sólidos no vacilan.
Me fascina aquel olor de la gente sencilla, es el aroma del respeto, de un “buenos días” con una enorme sonrisa de oreja a oreja, de un “cuídate” con sinceridad…No hay falsedad en sus hermosas miradas ni aún menos en sus almas
Aquellos que saben cómo dar el valor correcto a las cosas y a las personas, conocen el significado de su vida, y por lo tanto no caen. Una dirección a su propio ritmo. Y aquí las cosas simples se convierten en una especie de brújula. Son la esencia misma de nuestra existencia.
Sí, me gustan las cosas simples. Un abrazo, un gracias, un por favor. Cuídate. Son el pilar sobre el cual basar nuestro renacimiento. Sonriendo con una nueva conciencia y con la misma simplicidad con la que nunca se ha perdido la esperanza.
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